La audición es fundamental para el desarrollo intelectual, social y personal de cualquier ser humano. Cuando hay algún problema que afecta a la audición, especialmente en edades tempranas, todos estos ámbitos se ven afectados provocando al niño un importante retraso psicosocial frente a los niños con audición normal.
La transmisión de conocimientos se realiza, principalmente a corta edad, a través del lenguaje oral. Por ello es fundamental sospechar, detectar, diagnosticar y tratar de una manera precoz un sordera, especialmente en niños antes del desarrollo del lenguaje.
Son signos de alarma de sordera en un niño:
DE 0 A 3 MESES:
-No existen respuestas frente a sonidos como la agitación o el despertar frente a un ruido cercano al bebé.
-No se tranquiliza con la voz materna o con nanas.
-Emite sonidos monocordes.
DE 3 A 6 MESES:
-No se gira buscando la fuente de ruido o voces.
-No juega con juguetes que emiten ruido como el sonajero.
-No hace ruidos o emite sonidos para que le hagan caso.
DE 6 A 9 MESES:
-No emite sílabas como "ma", "ta", "pa".
-No vocaliza jugando ni en ninguna situación.
-No imita gestos ante palabras como "a dormir" , "a mimir".
-No responde cuando se le llama.
DE 9 A 12 MESES:
-No dice "papa" ni "mama".
-No responde a órdenes simples como "toma", "dame" a no ser que se acompañen de gestos.
-No comprende palabras familiares.
DE 12 A 18 MESES:
-No nombra ni reconoce cosas por nombres.
-No hace caso a ningún ruido.
DE 18 A 24 MESES:
-No sabe su nombre.
-No reconoce las partes del cuerpo.
-No le interesan los cuentos ni las historias.
-Pide las cosas con gestos.
MÁS DE 3 AÑOS:
-No se le entiende lo que dice o habla.
-Se evidencian restrasos a todo los niveles del lenguaje.
Por tanto ante la sospecha de un niño con posible hipoacusia se derivará lo antes posible a su pediatra para una exploración general y éste lo enviará a su otorrinolaringólogo para realizar las pruebas pertinentes y comenzar lo antes posible el tratamiento indicado para la rehabilitación audiológica.